cuento-indeleble
acero blindado, donde brillaba, con luz verde el codificador de alarma. Tranquilo, porque no había habido violaciones al sistema, marqué los. cuatro números y seis letras de mi código, y emergió un periscopio. identificador de retinas, mientras la máquina, por un oculto parlante, me. ordenaba someterme a la prueba.